Acerouno restauración y conservación

Iglesia San Millán y San Cayetano en Madrid

Iglesia San Millán y San Cayetano en Madrid

En la calle de Embajadores núm 15, como separando los castizos barrios de Lavapiés y de la Latina, se erige en 1678 la iglesia de San Cayetano. Los arquitectos de la misma fueron nada más y nada menos que José Benito de Churriguera, Pedro de Ribera y Francisco de Moradillo.

La calle del Oso está en uno de los laterales de la iglesia de San Cayetano y es, habitualmente, el epicentro de la verbena, aunque, en los últimos años, se ha extendido a lo largo de la calle de Embajadores. Desde hace cuarenta años los vecinos de esta calle se encargan de adornarla, con un dosel de guirnaldas y mantones de Manila que alegran a todo el barrio y que siempre -hasta hoy- llama la atención de los visitantes.

Nos enfrentamos a un edificio cuyas fachadas habían sufrido el implacable paso del tiempo y la exposición a los elementos.

Nos encontramos con revestimientos desprendidos, ladrillos erosionados, incluso deformados, y una colonización de vegetación que no hacía más que acelerar su deterioro. Además, intervenciones previas con materiales inadecuados, como el mortero de cemento, y la presencia de grietas y la ausencia de piezas ornamentales como cornisas e impostas, afeaban considerablemente su aspecto.

En cuanto a las cubiertas, la situación no era mucho mejor. Una amalgama de materiales de cobertura en diversos estados de conservación, reparaciones aisladas y poco coherentes, y un sistema de evacuación de aguas pluviales obstruido y con fugas, comprometían seriamente la integridad del edificio.

Ante este panorama, nuestro equipo abordó la restauración de las fachadas con una meticulosidad artesanal

Donde fue necesario, se reintegraron las lagunas con ladrillo manual de tejar, respetando la textura y tonalidad original. En otras zonas, se aplicaron revocos de cal, previa preparación de los muros, recuperando y reproduciendo con esmero las cornisas, impostas, embocaduras y óculos que se habían perdido.

Para garantizar la durabilidad, se aplicaron tratamientos para la fijación de sales y un acabado final con un revoco de cal coloreado, que armoniza con la estética histórica del edificio. Como toque final, se realizó un tratamiento biocida para prevenir futuras afecciones por organismos vivos.

El zócalo de granito también recibió una atención especial. Se eliminaron las juntas deterioradas, se limpió la superficie con técnicas delicadas y se rejuntó con mortero de cal, aplicando finalmente un consolidante y un tratamiento antigraffiti para su protección.

En lo referente a las cubiertas, la intervención fue adaptada a cada zona. En aquellas áreas en buen estado, se realizó un retejado selectivo, revisando cuidadosamente los puntos de encuentro y los sistemas de desagüe. Sin embargo, en las zonas más deterioradas, se optó por una solución integral: el desmontaje completo de la cubierta, la regularización de la base, la colocación de una lámina impermeabilizante y la posterior colocación de teja curva árabe, siguiendo la tradición constructiva. Se incorporaron baberos de zinc y arrimes de plomo para asegurar la estanqueidad en los encuentros con los paramentos verticales. Los canalones y bajantes, tanto vistos como ocultos, se realizaron en zinc, con tramos de cobre en zonas específicas y protecciones de fundición a nivel de calle. Además, pensando en el futuro mantenimiento, se instalaron sistemas de seguridad con puntos de anclaje y dispositivos retráctiles.

La carpintería y la cerrajería también fueron objeto de una restauración concienzuda.

Finalmente, la linterna noreste, que presentaba un estado de conservación muy precario y filtraciones de agua, fue abordada con los mismos criterios de intervención que la linterna de la cúpula central. Se repararon los paramentos, se impermeabilizó la cubierta con tela asfáltica, se sustituyeron las carpinterías por perfiles similares a los del resto del edificio y se colocaron arrimes de plomo para garantizar la correcta transición con la cubierta.

Este proyecto ha sido un desafío apasionante que ha requerido la dedicación y el saber hacer de un equipo multidisciplinar. El resultado, como pueden apreciar, es una recuperación respetuosa con la historia del edificio, que garantiza su conservación para las generaciones futuras.

Esperamos que disfruten apreciando los detalles de este trabajo tanto como nosotros hemos disfrutado realizándolo.